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Patrimonio - Esculturas de Leones
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Se conservan en el Ayuntamiento de Magacela, en la zona de atención al público, cuatro esculturas realizadas en granito, de las que al menos tres estaban en un principio en la iglesia parroquial del castillo, aunque desconocemos su verdadero origen.

Por tanto, resulta difícil la datación cronológica de estos elementos, debido, como apunta Alonso Gutiérrez Ayuso, a la descontextualización o mejor dicho, fuera de entorno estratigrafiado de los hallazgos.

Uno de los leones, fue descubierto en el templo por Rodríguez Amaya. Se encontraba empotrado en una especie de banco o poyo de mampostería y ladrillo, en el que además, se utilizaron sillares romanos revueltos con los cascotes para sujetar un fuste de granito de dos metros de longitud. La cabeza del león salía por uno de los extremos del banco.

Otras dos figuras, las cuales también mostraban sus cabezas, estaban colocadas en los  ángulos superiores de la portada norte de la antigua parroquial. Una quinta estatua de animal sigue coronando la portada meridional de la antigua iglesia de Santa Ana. En un principio se pensó que fueran gárgolas a pesar de que los cuerpos estuvieran embutidos en los muros; actualmente, a falta de nuevos estudios, estableceremos un análisis que nos ayude a comprender tal manifestación artística.

De lo que no cabe duda, apunta A. Gutiérrez, es de su aire primitivo, especialmente en las dos más toscas que coronaban la portada de la iglesia y que son similares a la de la puerta meridional. Ya desde la antigüedad, el león, rey del mundo animal, ha sido considerado símbolo, imagen y encarnación de diversas deidades; en Egipto a mediante la diosa Sekhet, posteriormente, en el arte asirio y babilónico como atributo para la diosa Isthar, y en la religión fenicia, la deidad Astarté obtiene su caracterización. La civilización griega lo representa como un animal sagrado, guardián protector de templos y ciudades amuralladas y fortificadas, que es lo que parece que simbolalizaron las de uno de los grupos de Magacela. La otra, quizá este ralacionada con la simbologia recogida en n los bestiarios medievales, donde los leones adptan una concepción simbólica muy compleja, encarnando a la persona de Jesucristo, siendo usada su imagen como idea virtuosa de la justicia durante toda la Edad Media «inter leones et coram populo». Ni que decir de la representación del tetramorfo símbolo del evangelista San Marcos, uno de los más populares en la iconografía cristiana.

La heráldica recurre a su presencia como emblema soberano, apoyado sobre el orbe, símbolo de fuerza, magnanimidad y valor; rampante en blasones de estirpes nobles. Esta es la líena de los dos grupos de leones de Magacela, pues se aprecia una evidencia clara que los diferencia tanto en ejecución como estilisticamente, lo que hace que se hayan diferenciado dos conjuntos. Tanto en un grupo como en otro, las bocas se ejecutaron de manera tosca, los adornos del cuello, muy estilizados y geométricos, indican junto a dos series de estrías una esquemática melena.

Las cuatro conservadas en el actual edificio del Ayuntamiento formaron parte de, seguramente, dos grupos o conjuntos perfectamente diferenciados. Dos de ellas se diferencian de las otras en cuanto tipología y estética. La pareja más «erosionada» presenta diferencias significativas con las decapitadas, que conservan mejor las formas que definen la talla.

El trazado geométrico de la cabeza de los leones de Magacela les recuerda a Jiménez Navarro, Amaya y Oxea a las del arte hitita, y en cuanto a la talla de los vellones que conforman la melena, señalar que es idéntica al tratamiento de los vestidos en los relieves sumerios que representan al Rey Ur-Nina y a la Diosa de Uruk. Así pues, el aire oriental de los leones es algo que no incita a la duda, desplazándonos a áreas bastante alejadas como la indostánica y la China. Esto último, según apuntan, no debe de extrañarnos ya que el arte mesopotámico, de enorme fuerza y vitalidad expansiva, es antecedente de los artes persa, bizantino, sasánida, románico y musulmán, con marcada influencia en la India y la China.

Alonso Gutiérrez llega a la conclusión de que estas estatuas de rasgos orientales evidentes, según sus aspectos estilísticos, estarían en consonancia con la temporalidad no más tardía de la segunda mitad del siglo II a. C., dentro de las esculturas denominadas ibero-romanas o romano-ibéricas, si bien mejor definidas como hispanorromanas. Las tallas de Magacela del Grupo 2 pudieran estar asociadas a aspectos funerarios o militares, habiendo sido parte de un mausoleo o estando localizadas en origen en la fortificación, tal vez con simbologías protectoras del recinto, como el caso del león de Cástulo, que cumplió una de estas dos funciones.

El culto a lo oriental del mundo romano en Magacela, continúan, viene a reafirmarlo la conocida radicación de la mayoría de los cultos orientales en Mérida. Macrobio, en un texto, refiere la frecuencia de ofrendas de estatuas de leones al templo gaditano de Hércules; por lo que es posible la existencia de un templo consagrado a alguna divinidad oriental en la zona de la Obra Pía. Así pues, según Alonso Gutiérrez, se puede resumir que «a falta de más indicios en Magacela, nos quedaremos por confirmar la cronología exacta de los leones, si bien se ha aportado algo más de luz con la certificación de la fundación de la fortaleza en época republicana romana y la aparición de tallas similares contextualizadas en otros puntos geográficos de la Bética»;  ya que «a aparición en los últimos años de más leones en la comunidad autónoma de Andalucía, como es el León de Cástulo (Linares), el del Museo Íbero de Jaén, por citar algunos entre muchos otros ya de sobra estudiados y contextualizados, determinan un horizonte cronológico entre el siglo II a. C. y el I a. C., etapa que coincide con la institución del oppidum romano-republicano de Magacela».

Las figuras del Grupo 1, conformado por las dos tallas conservadas en el edificio del Ayuntamiento y por la que corona la portada meridional de la iglesia de Santa Ana -siendo una cuarta la que con toda seguridad formaría el grupo, tal vez, si no la recuperaron, quedó emparedada al construirse la capilla del Santo Cristo de los Afligidos-, rememoran en todo momento a los leones románicos guardianes de los templos. Los de la catedral de Parma en Italia, de una cronología similar a la etapa fundacional de la iglesia del castillo ya que fueron realizadas en 1281 por Giambono da Bissono, refuerza esta hipótesis, aunque aquí en una versión más humilde y reducida. Sí pudo ser esta su ubicación original, por lo menos asociada de inicio al templo religioso de la fortaleza, aunque no resulta fácil saber si coronaban desde un principio las puertas. La imagenería de los bestiarios en iglesias y catedrales, en plena proliferación durante el románico, asiente una doctrina durante la reconquista de estos territorios, llegando el gusto por el feísmo y los seres mitológicos a decorar edificios cristianos de un estilo ya muy alejado de los primeros modelos norteños peninsulares, pero que se fusionan entre tradición y modernidad con los nuevos modelos y elementos góticos.
Lo que sí establecemos de forma casi segura es que las del Grupo 1 parecen haber estado desde siempre expuestas a los fenómenos naturales de la mitad del cuerpo hacia adelante; mientras, las del Grupo 2 sufrieron menos estas inclemencias, tal vez por estar resguardadas en interiores o enterradas durante largos periodos.

Pese a la estética temprana y alejada de los modelos modernos de los dos grupos, no hay que descartar la escasa posibilidad de que hubiesen sido parte del mausoleo funerario de Fray Cristóbal Bravo de Laguna, pues como veremos más adelante, sabemos que estaba sobre esculturas de leones, aunque se menciona que eran seis, solo se cita la cabeza de estos y eran de piedra de jaspe: «...estava puesto un bulto de piedra sobre seis caveças de leones de piedra de jaspe...». Además, la estética no encaja demasiado en un mausoleo de este tipo y cronología, más acorde estarían con la ejecución de las cabezas de león de la pila de agua bendita de la ermita en la que se encuentra el sarcófago; pero tampoco dejando de lado la improbable hipótesis de una reutilización de las piezas en la Edad Moderna.


Este texto ha sido resumido y extraído de la obra: GUTIÉRREZ AYUSO, Alonso: El Patrimonio de Magacela de la Orden de Alcántara. Badajoz, 2022.


 

Documento| Fecha de Alta: 16/04/2016

Esculturas de leones de Magacela  Descripción: Texto sobre las esculturas de leones